LA ULTIMA PUERTA DE BARBASTRO
 Vicente Zueras Torrens, Mayo 2000

 

vzueras@grupo7.com

En este interesante artículo Vicente Zueras nos cuenta como se demolió la puerta de San Francisco, la última puerta de las antiguas murallas de Barbastro.

Las murallas de Barbastro, siempre atacadas en las guerras medievales tenían en el siglo XII cuatro puertas, denominadas: Rigo Medero, Corvina, Férrea y Valdué. La Primera de ellas también tuvo los nombres de puerta Alfage o de los Baños.

Daban nombre a esta puerta los llamados Baños Viejos, que estaban situados -y aún existen importantes restos y gran parte de sus sillares- en las huertas próximas a la iglesia de San Francisco al otro lado del río Vero. Por aquella época nuestro río recibía también los nombres de Merder o Merdero, hidrónimo que con el paso del tiempo dejó de usarse. Según documentos de mediados del siglo XII, en aquellos años, estos Baños ya habían caído en desuso y se les denominaba Viejos; éste y otros datos nos confirman su origen islámico.

Las puertas
La puerta de Rigo Merdero, cuando desapareció la muralla de la que formaba parte también fue demolida. En 1512 constan los cuatro nombres siguientes: Traviesa, de la Peña, Corrión y Valdué. En siglos posteriores se construyeron otras, de las que tenemos catalogados dieciocho nombres, la última de las cuales conocida como puerta de San Francisco se mantuvo en pie hasta que fue destruida en el primer tercio del siglo actual. A ella vamos a referirnos.
Estaba al final de la calle Argensola frente al puente de San Francisco, cuyo nombre tomó y formaba parte de la casa solariega de los Cáncer, familia oriunda del lugar del mismo nombre, poseedora de los señoríos de Cáncer y de Ador, solares sitos en los términos municipales de Azlor y Azara.

Personajes ilustres
En esta casa nació en 1520 el notable jurisconsulto Micer Jaime Cáncer, gloria aragonesa del siglo XVI. Fijó su residencia en Barcelona donde bien pronto acreditó su privilegiado talento. Se le consideró como el jurista más eminente de Cataluña en aquel tiempo y llegó a alcanzar mayor celebridad que Juan Pedro Fontanella, el famoso jurisconsulto y "conceller" catalán. En 1585 asistió a las Cortes de Monzón. Tuvo otros hermanos que nacieron en la misma casa, como el beato Fr. Luis, religioso dominico primer mártir de la Florida en 1549, Juan Jerónimo, poeta y dramaturgo, contador del conde de Luna, Berenguer, canónigo de la Catedral de Barbastro y Gaspar, jurado de la ciudad.

Descripción de la casa
El edificio estaba formado por dos cuerpos de fachada; el lindante con el arco, mostraba a modo de alero, cornisa dentellada. El otro cuerpo, de airosos balcones, rico alero artesonado; su orden de arquillos abiertos de medio punto en el piso superior seguía la línea aragonesa de otros varios edificios notables de la ciudad. El portal, o entrada a la casa lo formaba un arco carpanel de mármol blanco, con el escudo nobiliario sobre la dovela.
La fachada principal lindaba con la calle Argensola y la posterior con lo que es hoy plaza de la Diputación. Esta plaza tuvo a través de los años los nombres siguientes: del Desarrollo, Matadero, Constancio Gambel, Barrio Nuevo y capitán García Hernández. Durante el gobierno provisional hijo de la revolución de septiembre de 1868 se le asignó el nombre de Juan de Padilla

El arco, puerta o portal
Estaba adosado el edificio del que formaba parte, tenla un característico matacán con ocho arquitos, en el frontal el escudo de las cuatro "barras" aragonesas, timbrado con corona real y debajo el blasón de Barbastro, formado por la cabeza varonil barbuda, en esta caso sin escudetes. En 1882 fue suprimido el tejadillo y en su lugar se construyó una azotea con almenas que le dio aspecto de castillo medieval.

Nuevos propietarios
Posteriormente fue adquirido por D. Pedro Pano, familia oriunda de Burecat que acudió ante la Real Audiencia de Aragón para obtener la sentencia confirmatoria de infanzonía, que fue concedida el 4 de diciembre de 1765. Esta familia trasladó su residencia a Monzón en 1628, pasando a ser su último propietario D. Mariano de Pano y Ruata, (1847-, 1948), ilustre cultivador de las letras y en especial los temas de historia aragonesa-, cofundador de 'Revista de Aragón'. Alcanzó la edad de 101 años.
Después de que esta familia se afincó en Monzón, el edificio fue cuartel de la Guardia Civil y luego estuvo habitada por diferentes vecinos.

Solicitan el derribo
Así pasaron los años hasta que el 14 de febrero de 1935, el semanario local "Altoaragón" dirigido por D. Andrés Bonilla, publicó un editorial de página entera en el que se refería a una comisión de vecinos de la calle Argensola, portadora de una iniciativa: el derribo de la casa nº 59 de dicha calle con su arco o portal anejo que fue una de las puertas de la ciudad. Este grupo habla reunido once mil pesetas que ponía a disposición del Ayuntamiento para la adquisición del inmueble y posterior demolición. El editorialista defendía la idea con frases salidas de tono como éstas: "una puerta antiestética sin detalles artístico alguno", "por decoro público", "por altas razones de higiene urbana, por estética y economía ciudadana cada día urge más", "para poder así reincorporar al trabajo el mayor número posible de parados".

Decisión municipal
El derribo, solicitado en oficio al Ayuntamiento, cuyo alcalde a la sazón D. Luis Artero Begué fue acogido con cautela en la sesión de 13 de febrero de 1935 pero la insistencia de un determinado concejal en esta y otras sesiones fue aceptada la iniciativa.
En el pleno de 9 de agosto del mismo año se dio lectura a una instancia de un vecino de aquel sector en la que manifiesta haber adquirido por escritura de 18 de julio, una parte del edificio y arco, que ofrece para vía pública, debiendo el Ayuntamiento indemnizarle con la cantidad de tres mil pesetas. Quedó el asunto sobre la mesa para ser resuelto con mayor número de concejales.
En la sesión del 16 de agosto, siendo ya alcalde D. Francisco Ibarz Capdevila fue aceptada la propuesta. La indemnización al adquiriente fue con cargo al presupuesto ordinario de 1936, ya que en el de 1935 no había consignación para ese gasto.

La demolición
Varios meses después, en marzo de 1936, una brigada de quinde hombres re- dujo a escombros varios siglos de historia y la tranquilidad peatonal. El paro obrero se mitigó un poco durante los escasos días que duró el derribo. La última de las puertas que tuvo la ciudad y la casa donde nacieron hombres ilustres, se perdieron para siempre.

Este artículo fue publicado en el Extra Fiestas del Cruzado Aragones de 1994.

Imágenes


Postal de Imprenta Santamaría


Vista desde el puente

 


Imagen poco difundida de la puerta de San Francisco


Imagen confundida con la Puerta el Portillo.

Para saber mas de las puertas visita el apartado "El Barbastro que no existe" en www.barranque.com/imagenes